Sin saber el por qué
Sin saber el por qué,
he recorrido el mundo a lo largo
y tropecé en un camino avaro
y desembocado,
que me lo pedía todo
que antes había realizado.
Y sin saber el por qué,
me sentía obligada
a no resistir al aquel -
cuasi modo de desdecir
con lo que he encontrado.
Como no entendí el por qué,
seguí caminando a oscuras,
con ganas de traspasar las alturas -
que bizarramente bifurcaron
mi estado de ánimo.