La vida al lado de trincheras
Antes se planeaban las guerras así no más
como si fueran un proyecto o practica normal
¡Haz una guerra! le aconsejaban al rey,
¡Expanda su tierra!
y, además
¡Compre la plata!
¡Estorbe la paz!
¡Promulgue su orden y no se rinda jamás!
Así se cayó la moneda real en malas y buenas devociones,
cargando impuestos, robar y prestar,
por fin provocando recesiones.
El lujo se hizo indescriptible,
mientras que los barcos seguían trayendo
adornos de tierras quitadas
visible.
Y sin asumir el famoso fracaso,
al no poder detenerlo,
la casa real sufrió
el ocaso.
La vida al lado de trincheras no fue de entendimiento.