¿Que te pida perdón?
gritaba indignado el comodín,
creyendo estar por encima de ella;
fingir molestia,
tapando el pudor,
ofendiendola con la última gota
de su botella.
Mientras que la niña,
la recién llegada,
le echaba un vistazo - poco amador.
Ignorando la farsa de su palabra
defendiendo fiable su color.
-Soy negra y ¿qué?
¿A caso es raro,
me hace menos ser humano?
¿Dónde ha quedado tu reflexión?
Que ¿te arrepientes
de haber dicho perdón?
Y con lo dicho,
se volvió de espaldas,
la mujer,
la recién arribada,
dejando integra
riqueza esmeralda.
inspirada del encuentro con la Asaaribibang invitada en la Universidad de Viena Institut für Romanistik
en un curso sobre la migración con el Prof. Mag. Dr. Max Doppelbauer