Aunque no me los has dicho,
lo he visto concreto: te he abandonado
y el hecho lo ha soplado el viento
a través de las ramas unos árboles alineados
de modo impar
que si me hubieran preguntado,
los hubiera divido en partes iguales,
para que me apoyarán de un lado a otro
anticipar -así el riesgo de perder mis palabras.
¡Culpable yo,
me siento culpable!
de todo lo que no hecho.
¿Has visto una vez una caña secada de lágrimas?
A pesar de que el agua la inunda,
no le permite beber de ella
para liberarse.
La ahoga premeditado.
Por eso el abandono surgido de repente
su lugar seguro
no le sirvió de fuente,
le hundió aun
tragándola con vida todavía.
Imperceptible el mal tiempo,
ingrato
pienso que debo haberle
mucho antes fallado
sino por uno,
seguro que por otro lado.
¿Porqué eres tan duro conmigo?
No soy yo ese llamado enemigo,
el que te ronda,
te pilla con engaños,
te miente.
Yo, más bien, quería pasar la página,
cerrar un ojo,
decir que es lo que hay.
Después de todo, puedo perdonar.
El atributo del cielo es el azul, ¿verdad?
pero hoy lo he visto gris.
¿Se ha cambiado de opinión mientras
me he quedado dormida?
Que fuese solo un rato,
para descansar mi cuerpo
que lo llevo encima,
que no me pide nada,
que de repente se ha callado
y tuve que echarle un vistazo,
a ver si respira.
Que tan calladito como se ha puesto,
asusta.